¿Mi género es el que yo decido percibir?

Lectura de 1 minuto

Una persona puede percibirse de alguna forma, pero eso no significa que lo sea.

La identidad sexual ya está definida desde el momento de la concepción. Solo falta que, durante el desarrollo de la persona, incluso en los primeros años de la infancia, ella misma lo va descubriendo, gracias a el trato diario con sus padres y sus pares (personas cercanas del mismo sexo).

Una persona puede creer que siente que es una persona del sexo contrario; pero realmente su cerebro no puede cambiar la forma en que interactúa solo por el hecho de desearlo; además, no se tiene una referencia de cómo es “sentirse de otro sexo”, pues el cerebro no puede “cambiar su configuración” para afirmar tal postura.

No podemos ordenar a todos nuestros genes de todas las células que “cambien de posición1”.

Esta decisión de autopercepción constituye la base de los postulados de la ideología de género.

Esta autopercepción se asocia erróneamente a los derechos y libertades de los individuos. Como resulta contraproducente el impedir a una persona “ser quien quiere ser”, la sociedad se ve presionada a aceptar las autopercepciones de los individuos.

Sin embargo, no es lo mismo querer ser abogado, artista o ingeniero que autopercibirse de otro sexo, o de otra especie animal. Son dimensiones totalmente diferentes.

Con frecuencia se teme contradecir lo políticamente correcto.

  1. Fundación Instituto Roche. 25 de Mayo de 2017. Investigadores identifican 6.500 genes que se expresan de manera diferente en hombres y mujeres. https://www.institutoroche.es/noticiasmedicinapersonalizada/562/inves- tigadores_identifican_6500_genes_que_se_expresan_de_manera_diferen- te_en_hombres_y_mujeres ↩︎

Este artículo es parte del capítulo 2.
Descargue el capítulo completo en PDF de esta serie aquí:

PDF 722 KB