¿Qué opciones tiene un chico con AMS?

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Aliviarse erróneamente con una vida homosexual, buscar la castidad, o reintegrarse en el amor.

Todas las personas tienen vacíos emocionales, entre los cuales una parte son vacíos en las necesidades homo emocionales de falta de aprobación, afecto, o apoyado, generados por sus relaciones con personas relevantes del mismo sexo (padre, pares, uno mismo).

Es muy frecuente encontrar chicos con AMS con un intento reparativo por sanar las heridas emocionales y tratando de llenar las necesidades afectivas que no fueron satisfechas oportuna o correctamente. 

Algunos chicos con vacíos homo emocionales intentan compensarlos inconscientemente de forma afectivo-erótica hacia otros hombres. Y generalmente, dependiendo de la necesidad (causa) y del tipo de hombre relevante (fuente), así tiene fijaciones con distintos tipos de hombres (más jóvenes, contemporáneos o mayores). 

Las personas que van inicialmente experimentando AMS se encuentran aprensivos y desorientados entre una encrucijada vital. Por un lado, son acosados por quienes muestran rasgos homofóbicos con recelo y rechazo, y por otro son instigados por los de “mente abierta” influenciados por el relativismo gay a aceptarse como tales y vivir en ese ambiente. 

La misma persona con AMS siente miedo por revelar su secreto, pero busca cariño, aceptación y aprobación. Unos optan por vivir como gays y otros sufren su condición en secreto. 

Los que “salen del closet”, que manifiestan abiertamente su AMS, tienen varias actitudes en cuanto a su actividad homosexual o vida gay, desde los que practican promiscuidad hasta los que restringen a poca actividad.

Los que mantienen su AMS en secreto, igualmente practican actividad homosexual “con discreción”, desde mucho hasta limitada.

Están los que románticamente quieren conseguir tener una relación de pareja, creyendo que sería duradera; pero, como se explicó anteriormente, el amor entre parejas homosexuales no es posible, y termina fallando a corto o mediano plazo.

También algunos son limitados por su conciencia que les frena a tener actividad sexual y tratan de vivir en abstinencia, reprimiendo sus impulsos. Las compulsiones son tan fuertes, que muchos terminan por caer en actos extremos como abusos, que dañan la dignidad de otros y de sí mismos.

Las cuatro opciones anteriores, aunque producen un nivel de compensación, son alivios temporales, y resultan inútiles porque no consiguen llenar los vacíos o sanar los traumas en las necesidades homo emocionales de forma integral ni completa.

En cambio, hay quienes logran interiorizar y se cuestionan el porqué de su orientación sexual, ya sea por valor moral, desilusión, frustración, soledad o tristeza, y manifiestan una “AMS no deseada” que quisieran quitar. 

La opción que propone la Iglesia Católica, que es vivir la virtud de la castidad, es totalmente viable y buena en todos los sentidos. La castidad no es sólo un acto de voluntad de abstinencia, sino que se basa en la vivencia del amor, que guarda respeto y dignidad a su ser integral (cuerpo, sentimientos y razón) por el bien de uno mismo y por la otra persona. 

Las terapias de reorientación hacia la heterosexualidad han tenido una evolución lenta y accidentada, no han estado exentas de errores, aunque algunas han logrados avances significativos. 

La ciencia de salud mental tiene mucho camino que recorrer y está limitada por fuerzas opositoras de carácter ideológico y político que han contaminado las universidades y la investigación científica. 

Se puede mencionar que la técnica psicológica de la reintegración ha tenido un buen nivel de efectividad. Se enfoca en resolver los vacíos y traumas emocionales, no en la reorientación sexual, y la persona con AMS gradual y naturalmente va retomando sus instintos, impulsos y emociones según su sexualidad intrínseca. 

En casos donde la AMS es incipiente y no muy arraigada, como en jóvenes o jóvenes adultos, el acompañamiento humano y espiritual de parte del padre o mentor del mismo sexo, que se describe en este documento, puede ser muy beneficioso porque utiliza la base de la sanación reintegrativa de la persona, que a su vez proyecta sus beneficios a los entornos familiar y social.


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Este artículo es parte del capítulo 4.
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