Parece lo mismo, pero no lo es.
La AMS implica la búsqueda en el otro de mi mismo sexo por llenar lo que no tengo. Es un sentimiento fuerte y generalmente es involuntario; llega a cuestionar la identidad de la persona, es una proyección de poseer lo que el otro tiene y yo deseo tener. Involucra deseo de caricias, de atención y de abrazos, pero también de sentirse escuchado y cuidado por el otro.
Si recordamos los vacíos homoemocionales que causan la AMS (aceptación, afecto, atención), es justo lo que se desea extraer de la otra persona del mismo sexo.
Por el contrario, el comportamiento homosexual implica todo el conjunto de actos y lenguaje corporal destinados a la sexualidad de una pareja, incluyendo coito pero sin dejar de lado los besos y caricias. De hecho, la convivencia juntos ya constituye un comportamiento de pareja.
Una persona que posee AMS no necesariamente cruza la línea hacia el comportamiento homosexual, pero la mayoría sí lo hace.
Quien tiene atracción por el mismo sexo puede que no llegue a tener un comportamiento homosexual, puede guardar ese sentimiento por diversas razones. Sin embargo, el hecho que no posea una pareja y no haya tenido experiencias homosexuales no resuelve sus vacíos.
Por otro lado, quienes sí cruzan la línea y tienen experiencias homosexuales, reciben alivios temporales que generalmente agravan sus heridas. Algo parecido al círculo vicioso del consumo de drogas; desean experimentar más fuerte, más intenso.
Aquí es donde, desde el punto de vista cristiano, hay que aclarar esta confusión en muchas personas inclusive en miembros del clero. Poseer AMS sin acciones homosexuales no es pecado1, porque no es culpa de la persona poseer estas heridas causadas en la infancia.
2358. Esta inclinación constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. [...] Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. [...] Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta.
Pero desde el momento en que cruzan la línea y cometen actos sexuales, ya han convertido su deseo en una acción de pecado2.
2357 [...] Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.“
Diferenciar la condición de la acción es la clave para no confundirse. Por ejemplo, puedo tener ganas diariamente de robarme ese pan en la panadería, pero es hasta que cometo el robo cuando traspaso la línea.
Así se entiende la famosa frase del Papa Francisco: “Quien soy yo para juzgar3”, porque desconocemos las heridas sufridas en la infancia que llevaron a una persona a tener esta condición, y la otra frase del mismo pontífice: “Todos, todos, todos. En la Iglesia hay lugar para todos4”; pero muchos están confundiendo la acción de acoger a estas personas con tolerar su comportamiento inmoral.
- Iglesia Católica. Catecismo de la Iglesia Católica. 2358. ↩︎
- Idem. 2357 ↩︎
- Francisco. ¿Quién soy yo para juzgar?. (2017). Origen. Penguin Random House Grupo Editorial. España. ↩︎
- JMJ Lisboa. Papa Francisco: “en la Iglesia hay espacio para todos”. https://www.lisboa2023.org/es/articulo/papa-francisco-en-la-iglesia-hay-espacio-para-todos ↩︎

Este artículo es parte del capítulo 1.
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¿Existen tipos de AMS (u homosexualidades)?