¿Qué es la castidad?

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La castidad1 orienta la sexualidad al amor y es defensa del amor contra el egoísmo.

La castidad es la recta ordenación de las potencias de la sexualidad y de la afectividad hacia el amor, en consonancia con los fines específicos de la sexualidad y con la condición integral de la persona como ser inteligente y dueño de sus instintos2.

Ser casto es lograr que toda nuestra persona: inteligencia, voluntad, afectos y cuerpo estén dominados por nosotros mismos. 

Hoy en día está devaluada la palabra castidad. Muchos piensan en ella como sinónimo de celibato, abstinencia o represión sexual, pero es por simple desconocimiento de su significado y de su inmenso valor en la vida humana.

La castidad es la integración de las tres dimensiones de la persona y orientarlas hacia el amor.

Por la antropología sabemos que estas dimensiones de la persona humana son:

Corporal que involucra los impulsos e instintos.

Emocional que involucra los sentimientos, afectos y pasiones.

Racional que involucra la inteligencia y la voluntad.

Estas dimensiones son sexuadas, como hombre o como mujer, e intervienen intrínsecamente en la sexualidad. Al orientarlas al amor implica la guarda del respeto y la dignidad hacia uno mismo y a la otra persona.

La Castidad es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual según los principios de la fe y la razón. Por la castidad la persona adquiere dominio de su sexualidad y es capaz de integrarla en una sana personalidad, en la que el amor de Dios reina sobre todo. 

No es como piensan algunos, una mera negación de la sexualidad. Al contrario, consiste en el dominio de sí, en la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo en el desarrollo de la persona3.

Los solteros que aspiran al matrimonio, practican la casitidad como abstención, necesaria preparación para lograr la madurez y dominio de sí mismos.

Los que han decidido por una vida consagrada célibe, renuncian plenamente a las relaciones sexuales a favor de la entrega de todas las energías y todo el amor a Cristo y su misión en la Iglesia.

Incluso las personas casadas viven su sexualidad en castidad, porque su cuerpo, emociones, razón y espíritu están orientados al amor conyugal. 

Ahora bien, para las personas con condición de AMS, como todo bautizado, están llamadas a vivir en castidad. Este camino es fundamental para mantener la fe, la paz, el gozo y la armonía de vida y un camino de santidad. También con ello progresivamente, va limpiando la mente y el corazón de impulsos desordenados y entrenando el alma para vivir en el amor.

Esto no significa que estén “condenadas” a vivir en soledad. Por el contrario, su llamado es a vivir la plenitud del amor en la verdadera amistad: «un amor que es fuerte y leal, que une a las personas porque comparten cosas en común, porque van por el mismo camino, porque caminan hacia la misma meta».

Ser casto no significa:

No sentir atracción hacia otra persona diferente del cónyugue (del mismo o de otro sexo).

No tener sentimientos hacia otras personas, sino saber dominarlos.

No tener malos pensamientos, sino saber quitarlos de la mente.

Los enemigos de la castidad
La lujuria como deseo o goce desordenado buscado por sí mismo separado de la procreación y la unión.

La masturbación y la pornografía, ambos son actos desordenados, pues el goce sexual se aleja de la relación de amor verdadero.


  1. Etim. Latín, castus, moralmente puro, sin mancha ↩︎
  2. Estrada, Gonzalo. Castidad, defensa del amor contra el egoísmo. Catholic.net  https://www.es.catholic.net/op/articulos/5541/cat/329/castidad-defensa-del-amor-contra-el-egoismo.html#google_vignette ↩︎
  3. Sagrada Congregación para la educación católica: Pautas de educación sexual, Nº 18. Revista ECCLESIA, 2155 (24-XII-83)23 ↩︎

Este artículo es parte del capítulo 5.
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