Nadie “es homosexual”.
La pregunta correcta es:
¿Qué tiene de malo sentir atracción o tener comportamientos homosexuales?
La relación sentimental, de pareja, entre personas del mismo sexo se caracteriza por ser incompleta, no complementaria en las dimensiones humanas (físicas, psicológicas y racionales), y por tanto antinatural y con graves riesgos físicos y emocionales.
Estas relaciones llevan mucha carga de egoísmo y frustración, debido a que internamente sólo buscan satisfacerse y llenarse a sí mismos sus vacíos emocionales, a través de otra persona; a diferencia de una relación sana que se busca una entrega mutua incondicional, donación y complementariedad integral. En otras palabras, la relación de pareja homosexual no conduce al verdadero amor; esto es una realidad, aunque se escuche muy drástico.
Además, las relaciones de pareja homosexual tienden a ser “tóxicas”, emocionalmente codependientes, con una carga fuerte de auto conmiseración y auto dramatización.
Por otro lado, físicamente es una degradación de la actividad sexual, en la búsqueda de satisfacción por alivios temporales se llega a realizar actos de alto riesgo, que dañan la dignidad y humillan a la persona.
Las consecuencias físicas contienen una larga lista de patologías relacionadas a actos sexuales irregulares detallados en una sección más adelante.
Las relaciones de parejas homosexuales progresivamente crean más frustración, soledad, tristeza, ira y depresión; mucho más que las relaciones heterosexuales disfuncionales.
Este artículo es parte del capítulo 3.
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¿Si los dos nos amamos, qué tiene de malo el amor gay?